21 de noviembre de 2012

EL CALAFATE Y PARQUE LOS GLACIARES

Ya estamos en El Calafate, la Patagonia Argentina, después de un paso fugaz pero intenso por Buenos Aires en casa de nuestras "mamis por dos". Vuelo cómodo, medio vacío, que nos permitió ir los tres tumbados y durmiendo como niños. Nada más bajar del avión en un mini aeropuerto en medio de esta estepa patagónica ya notamos en nuestras caras algo que caracteriza a estas tierras, el viento.

Aquí podeis ver el nuevo look de Anna, jeje, un viento de locos y al fondo...
La primera tarde la dedicamos a informarnos de las múltiples ofertas y excursiones que hay por toda esta zona; también de los diferentes precios para un mismo servicio y en función de sí pagas en euros, dólares, pesos,en tarjeta...y lamentablemente de si eres guiri o no. Las dos semanas que llevamos en este país, más el trato con sus gentes, nos están mostrando que tienen un gran problema con el dinero, la inflación y sobre todo, con los políticos y la banca. No tenemos intención ni de adoctrinar, ni de atemorizar, pero deberíamos tomar ejemplo de muchos países para que no nos suceda algo parecido, porque parece que hay políticos que no aprenden de los errores de otros.

En fin...al día siguiente nos fuimos a disfrutar de esa maravilla llamada Glaciar Perito Moreno y de todo lo que lo rodea. Nos levantamos pronto, ya que la zona de los glaciares se encuentra a 80 km del pueblo; no es muy habitual en nosotros (nos gusta más ir "free") pero fuimos con un guía la primera parte y estuvo muy bien, ya que nos lo explicó todo. La otra opción es llegar en taxi o alquilar un coche, y todo sale más caro que el bus con guía. En estos parques las caminatas son largas y ya tenemos comprobado que a Laia hacia las 3 de la tarde se le acaban las pilas, jejeje

Cuando te acercas con el barco al glaciar, parece que te lo vas a comer

Primero hicimos la navegación con un barquito por la pared sur del glaciar, estuvo bien, pero tampoco se acercó tanto como pensábamos. Ahora sí, es imponente. Pared de 50 a 70 metros  y con un frente de 5 km. En esta pared, al ser más sombría no vimos ningún desprendimiento de hielo.


Des de las pasarelas impresiona mucho más el glaciar que des del barco

Hizo un día de sol genial y eso ayudó que a partir de las 15h viéramos como rompía
Después nos dejaron en la zona de las pasarelas...ahí sí que alucinamos, se ve el glaciar muy de cerca, parece que te lo comes, además nos hizo un día de sol espléndido y los tonos azulados del centro del glaciar brillaban una barbaridad. Al ser ya casi las 15 horas, debido al calentamiento del sol en la pared norte, se iban oyendo estruendos y comentarios "ooohhhhhh" cada vez que algún trozo de hielo se desprendía del glaciar. Vale la pena sentarte tranquilamente y esperar a que vayan cayendo. Además hemos estado muy tranquilos de gente, sin aglomeraciones, dicen los de aquí que es la mejor época para venir aquí (poco turismo y 18 horas de luz al día). Aquí la gente también pregunta que pasa por España, ya que dicen que hace cinco años el pueblo estaba plagado de españoles y ahora escasean y no gastan tanto.

Al día siguiente Anna se fue a hacer el treking por encima del glaciar; estaba nerviosa y emocionada la noche anterior, pero verle la cara de felicidad que trajo cuando volvió no tiene precio.


Solita por el hielo
Viajar con Laia es una experiencia increíble; de momento no se nos hace pesado a ninguno de los tres, estamos genial,  ella se lo pasa en grande y no cambiamos esta situación por nada. No obstante, como decimos a muchos de nuestros amigos, hacer muchas cosas juntos antes de ser padres y vivir intensamente, luego las cosas son distintas. Total que yo me quedé en el pueblo con Laia jugando en los parques infantiles, aunque ya me lo cobraré haciendo alguna inmersión de snorkel en el sudeste asiático, jejeje

Quien lo diría Jaumet!!!! Por fin Anna con crampones

Anna llegó al lateral del glaciar también navegando, una vez allí caminaron por un bosque adyacente hasta un lugar donde les hicieron poner los crampones. Y se adentraron en el interior del glaciar dónde se metieron por grietas preciosas, vieron ríos de color azul turquesa, bebieron agua del glaciar y acabaron con un whiskycito con cúbitos de allí.
Luego volvió a las pasarelas y con la tranquilidad de estar sola, pudo disfrutar de esta maravilla natural y de múltiples desprendimientos de bloques de hielo. Llegó reventada, pero Laia la estaba esperando desde la ventana impaciente a que llegara.

El último día en El Calafate ha sido de relax, teníamos intención de pasar a Chile hoy, pero lo hemos aplazado porque había una huelga general en el país y no nos queríamos arriesgar a quedar parados por los piquetes durante horas. Ya tuvimos una experiencia similar en Perú y da bastante respeto, y más con la peke.

Un clásico, pasando horas en los parques infantiles de todo el mundo
Pues nada más, mañana nos vamos hacia Chile, a Puerto Natales, a casa de otro Couchsurfing y a conocer el Parque de Torres del Paine.

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