Ya estamos en la Patagonia Chilena, salimos de El Calafate hacia Puerto Natales en un colectivo como los llaman aquí. Viaje de cinco horas por la estepa patagónica y con el viento característico que no nos ha dejado de dar ni un solo día en nuestra estancia por estas tierras. El viaje fue cómodo, pero para cruzar la frontera nos metieron por un camino de tierra de cuidado...pero más surrealista fue el paso fronterizo argentino, entramos y los agentes aduaneros jugando a Ping Pong en chandal y no os penséis que se inmutaron mucho con nuestra presencia. Ya en el paso chileno la cosa fue un poco más sería.
Llegamos a Puerto Natales y nos avisaron que era el pueblo de las cuatro estaciones, lo pudimos comprobar en la primera hora de estar, solazo, frío, vendaval, lluvia y nieve. Hemos estado tres días en este pueblo y hemos pasado mucho frío, con un viento que asustaba. La gente es muy cercana y te ayuda en todo lo que puede, porque todo es nuevo para nosotros. Por ejemplo, un día queríamos tomar un taxi para ir al centro y veíamos que pasaban con gente y paraban delante nuestro y claro, nos miraban y no entendíamos nada, hasta que al quinto o sexto Anna con su desparpajo se monta en uno y averigua que se comparten!! El pueblo está lleno de perros abandonados que su mayor entretenimiento es perseguir a todos los coches de la ciudad, hay que verlo, todo el día ves perros de aquí para allá a toda pastilla.
Este pueblo no hemos podido disfrutarlo al máximo, la climatología no ha ayudado, al menos el día que decidimos ir al Parque Nacional de Torres del Paine se abrió bastante. Este famoso parque lo hicimos en un recorrido circular que se hace para verlo en un día, quizás demasiado duro, porque las carreteras son de gripia como dicen aquí. Este parque merece más días y sin niños, porque aquí si que el clima asusta; en uno de los refugios nos encontramos a unos brasileños que conocimos en El Calafate, gente de montaña preparada, que bajaban de dormir en la base de las Torres y llevaban unas caritas...
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| Visión general de lo que son los cuernos del Paine, que no las Torres |
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| Salto de agua proveniente del deshielo de uno de los muchos glaciares |
En este parque vimos lagunas de diferentes colores, las Torres del Paine las vimos difuminadas entre las nubes, pero los cuernos si que los vimos bien. También el Salto Grande, donde Laia no pudo ni salir del coche, yo intenté llegar a un mirador abierto y os puedo asegurar que entraban unas rachas que casi me tiraban al suelo. Finalmente pudimos llegar a la zona del glaciar Grey, donde vimos grandes témpanos de hielo que se desprenden del glaciar y son arrastrados por el viento a través del lago.
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| Laia hecha toda una exploradora como le gusta que la llamemos |
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| La familia pasando mucho frio y de fondo los témpanos del glaciar Grey |
En toda esta tierra se sienten república independiente, se ven más banderas magallánicas que chilenas, y la gente de aquí se siente más magallánica que otra cosa (casualidades hoy son las elecciones catalanas..., ya sabéis que pasamos bastante de la política y más de los que la manejan).
Si en toda la Patagonia hay viento, aquí es el no va más; el día que llegamos nos dijo un autóctono que en días de viento superior a 100 km hora, el ejército pone sogas en la plaza de armas para que la gente se pueda agarrar de las rachas que hay. Los árboles de la ciudad están doblados hacía el mismo lado y tienen una forma que ya te hace entender que es el viento el que los moldea.
En Punta Arenas hemos hecho la excursión a la Isla Magdalena, en medio del estrecho de Magallanes. Nos habían avisado que íbamos a vomitar seguro, segurísimo en las dos horas de trayecto marítimo, pero no fue para tanto, todo y que en la vuelta las olas que se veían no eran las típicas de nuestro mediterraneo. Esta Isla es típica porque está llena de pingüinos, pero cientos de miles; ha sido una experiencia muy graciosa, Laia no paraba de hacer el tonto caminando como ellos y avisándonos cuando cruzaban al lado nuestro. Eso sí, abrigados hasta las orejas y con un viento que llegaba a les 100 km/hora...pero vale la pena!!!!.
Aquí acaba nuestro viaje por la Patagonia, ahora hacia Santiago que ya necesitamos un poco de calorcillo.
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| Aquí están las cuerdas que se ven por las plazas de la ciudad de Punta Arenas |
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| Los pingüinos ni se inmutaban con nuestra presencia |
Aquí acaba nuestro viaje por la Patagonia, ahora hacia Santiago que ya necesitamos un poco de calorcillo.













































