30 de diciembre de 2012

ISLA SUR NUEVA ZELANDA

Aquí estamos tumbados, la estampa es curiosa, Laia dormida en la cama de la caravana, Anna y yo tumbados como podemos en la misma cama y aprovechando que hoy dormimos en un camping con acceso a internet.
Ya hemos recorrido la Isla Sur, mañana cogemos el ferry para volver hacia el norte; nos ha faltado la zona de los Catlins pero es que aquí en Nueva Zelanda, miras el mapa y dice 200 km… mínimo 3 horas!!!!, las carreteras no están hechas para los que se marean. Y como íbamos decidiendo día a día que hacíamos, pues preferimos disfrutar de los sitios a un ritmo más tranquilo, por bien de Laia y de nosotros. No sabemos si es mejor o peor que la norte (de entrada porque de ésta aún nos queda un trozo que visitar), pero en cuanto a naturaleza es la leche. Más variada, más imponente y muy larga y lenta de recorrer. La hemos disfrutado mucho porque no hemos tenido ni un día de lluvia y eso se agradece, aunque te das cuenta que el clima cambia al instante, pasas de la manga corta a la chaqueta en un momento.
La primera zona que nos ha gustado mucho es el Parque Nacional del Abel Tasman, en el norte de la isla, una zona costera llena de bosques que llegan hasta las calas y al mar. La mejor forma de visitarla es coger unos aquataxis que te dejan en el punto que tu quieras y después te pasan a recoger donde te vaya mejor. Mucha gente hace caminatas largas entre las playas, es una zona curiosa ya que hay cambios de marea que hacen subir y bajar la zona de oleaje cientos de metros (te avisan que vayas con cuidado y calcules bien los tiempos de trekking porque te puedes quedar por allí con facilidad). La verdad es que pasamos un día muy tranquilo por esa zona, en playas para nosotros solos y con un mar transparente y frio, verdad Anna???
Así pasamos el día, entre calas para nosotros solos y bosques que llegaban al mar

Así volvía la pekeen el aqua taxi después de un día agotador en el Abel Tasman

De aquí hemos ido bajando por el centro de la isla, viendo innumerables lagos (al final te parecen todos iguales, aunque son de muy diferentes tonalidades) rodeados de bosques, montañas y mosquitos!!!!!! Hemos tenido noches de todo tipo en la campervan, pero la del lago Rotoiti es para no olvidar, jiji. Era tarde, habíamos estado en una de esas puestas de sol que caracterizan el país (Anna se vuelve loca con la cámara de fotos y los colores del cielo), y decidimos parar a cenar y dormir al ver cuatro o cinco caravanas en un prado chulo. Raro, no había nadie fuera de las caravanas, abro la puerta de la nuestra y… comienzan a perseguirme las famosas sand flies de aquí, moscas pequeñas que parece que no pican. Abríamos la puerta un segundo y entraban diez o veinte a la campervan, para volverse loco!!! No os engañamos si aquella noche matamos dentro unas cincuenta o sesenta; total, que hicimos cena, cama, sueño,… sin salir de la campervan, sólo las reinas de la casa me mandaban a mi afuera para lo imprescindible, así llevo las piernas de picadas!!!


Tarde de relax en el lago Rotoiti, la foto es de la Laia, toda una experta

A los papas se nos cae la baba
Un día de traslado largo nos sorprendió con grandes sitios que no esperábamos, la garganta de Buller con el puente colgante más largo de NZ, qué bien se lo pasa Laia en estos puentes que se mueven; el Cape Foulwind en Westport y su colonia de focas; pero sobre todo las Pancake Rocks en Punakaiki y toda la zona costera que la precede, de los km más maravillosos que hemos hecho en nuestra vida; era tarde pero decidimos bajar a una playa kilométrica y desierta para despedir el día como se merecía.


En Cape Foulwind...estamos muy lejos de casa, jejeje
En esta zona hemos pasado el día de Navidad, Papa Noel también nos visitó y nos inundó la campervan de regalitos, especialmente a la peke de la casa, le dimos una mañanita de descanso para que disfrutara de ese día tan especial.
Pancake Rocks, esto es lo que hace el mar enfurecido modelando a las rocas


También hemos visto los glaciares Franz Josef y Fox, pero no nos han llamado especialmente la atención, quizás el entorno del segundo es mucho más interesante, pero los glaciares en si son pequeños. Quizá nos ha influido que pocas semanas atrás habíamos estado en la zona de la Patagonia, y ahí sí que impresionan. Con Nueva Zelanda el problema es que ves tantas cosas bonitas que al final normalizas lo que ves, y como me decís algunos en los mails, no sabemos la suerte que tenemos de despertar cada día en un sitio diferente, con gente diversa y sin rumbo ni horario que llevar.

De cualquier carretera sale un camino (por supuesto todo bien señalizado e indicado) que te lleva a una cascada, lago o como nos pasó en Haast, a las Blue Pools, unas piscinas naturales que forma un rio de una claridad extrema. De lo mejor que hemos visto, mirabas desde arriba y era tan claro el fondo que pensabas que no cubría nada, pero te metías y alucinabas, y te congelabas!!! Estuve un minuto y os juro que casi me quedo paralizado del frio, me dolían tanto las piernas que pensaba que no podía ni moverlas.

Sydney nos pareció perfecta para vivir… Queenstown perfecta para pasar una semana con mucho dinero!!!! No hay sitio en el mundo con más oferta de locuras deportivas, dicen que es la capital del mundo del deporte de aventura y lo creemos. Puenting, bunging, parapente, luge, jetboat, paracaidismo, rafting, ala delta, descensos btt,… todo eso rodeado de un lago y un entorno privilegiado.
Aquí nos hemos hecho nuestro regalo de Navidad… nos hemos tirado por el Nevis Swing; un salto al vacio en el cañón de Nevis pero que acaba con un balanceo similar al de un columpio ( 70m de caída libre, 160m de altura, 300m de arco y una velocidad de 120 km/hora ). El día antes ya estábamos ansiosos, y yo decía que me iba a tirar como supermán. Total que en el momento de la verdad me rajé, y mucho; Anna se tiró la primera y la teníais que haber visto como disfrutó (Laia se partía de la risa, jajaja), que cara de felicidad. Yo iba sufriendo por los adentros, le dije que se tirará por mi, estaba cagadísimo; como me debieron ver, que los cachas que nos ataban me pusieron de culo para que no viera el vacío, jejeje La verdad es que la sensación cuando te lanzan al cañón es genial, nos hubiéramos tirado unas cuantas veces (especialmente mi impulsiva mujer), pero el presupuesto ha de llegar a Asia.
Aquí está el cañón Nevis, desde donde nos lanzamos...yuhuuuuu

Sin comentarios...felicidad absoluta
Otro día hemos estado a los pies del Mount Cook, el pico más alto de NZ, haciendo una excursión muy entretenida y durmiendo con la campervan en un sitio privilegiado y con una noche de luna llena y estrellas para alucinar.

Pasando la noche a pies del Mount Cook
Nos está encantando NZ, imprescindible visita para los amantes de la naturaleza, pero es durillo por los km y por la campervan; es ideal porque paras donde te apetece, pero no paras de montar y desmontar, de cocinar, de limpiar… y sobre todo porque estamos durmiendo los tres en una cama de 130cm… Laia encantada pero nos pega unas patadas de noche, jejeje.
Por lo demás genial, una experiencia más vivida, al igual que nuestra aventura por los supermercados neozelandeses, no hay visita que salgamos con algún producto extraño que no pensábamos que sería eso ( crema de maíz, jabones extraños, leche que al final ni sabíamos lo que era). Eso sí, todo muy caro pero muy bueno, creemos que la mayoría de alimentos deben ser ecológicos porque tienen un sabor buenísimo.
Feliz año 2013 a la familia, amigos y a todos nuestros seguidores!!!!! Que cada uno de vosotros cumpla sus sueños que nosotros lo estamos consiguiendo.

23 de diciembre de 2012

ISLA NORTE NEW ZEALAND

Feliz Navidad!!! Aquí también se celebra pero se nos hace raro, todo el mundo en manga corta, en la playa… menos los que se disfrazan de Papa Noel, pobrecillos abrigados hasta arriba. Os echamos de menos, familia y amigos, pero estamos genial y sin ganas de volver, jeje, Laia tampoco.
Pues ya estamos en Nueva Zelanda, llegamos hace una más de una semana a Auckland, donde estuvimos un par de días viendo la ciudad y recogiendo la caravana o campervan, como la llaman aquí. Las ciudades de estos países relativamente modernos son todas bastante parecidas, centro pequeñito, mucho edificio moderno y rascacielos de oficinas, hoteles,… y rodeadas de grandes zonas residenciales donde la gente tiene su casa y su terreno donde viven de lujo. También hemos aprovechado Auckland para comprar regalitos para la Laia, y para nosotros, que también celebraremos Christmas Day.

Ya des des del primer día vimos que eran gente happy
Os escribimos desde la Isla Sur, aquí Internet no es gratis en ningún sitio, el precio es para asustar; todo esto unido al ritmo que llevamos pues cuesta actualizar habitualmente  el blog, pero lo intentamos siempre que podemos.

Ya tenemos casa para veinte días; fuimos a buscarla y antes de cogerla nos estuvieron explicando todo un buen rato, desde funcionamiento interior hasta normas de tráfico de aquí. El tema de conducir por la izquierda lo llevo bastante bien, pero en los cruces y rotondas es un jaleo de cuidado, estás acostumbrado a unos automatismos y aquí todo cambia (cada vez que quiero poner el intermitente, me salta el limpiaparabrisas!!! ). Menos mal que aquí la gente es tranquila, solo me han pitado una vez y mira que ya hemos hecho alguna gorda, jejeje. A Anna la llevo medio asustada ya que va en el lado del arcén y de vez en cuando se piensa que la voy a echar de la carretera, pero todo controlado.
Primera cena en nuestra nueva casa, parece fácil...no veas que currada montar y desmontar, jaja
Uno de los primeros días llegamos a Waitomo, habíamos oído hablar de una cuevas de luciérnagas; después de visitarlas os podemos asegurar que es una de las experiencias que no olvidaremos, cuevas llenas de estalactitas, estalagmitas, ríos subterráneos y de unas cavidades oscuras llenas de miles de pequeñas luciérnagas que lo iluminan todo, genial!!! Había que mantener silencio absoluto y nada de luz, Laia se portó como una campeona.

A las luciérnagas no nos dejaron hacer foto
Cuando acaba el día la aventura es encontrar sitio para dormir sin saltarse las leyes locales, Laia cada día dice: “avui on toca dormir??”; de momento fácil y mira que estamos en sus vacaciones, desde explanadas en medio de la nada, prados delante de lagos, sitios públicos del DOC ( zonas oficiales del estado ) y algún camping privado para darnos alguna duchita y otras comodidades... Lo estamos pasando genial, pero esto de viajar en campervan tiene su curro a la hora de montar y desmontar todo cada día.
Estos primeros días hemos ido bajando por la Isla Norte de Nueva Zelanda; estuvimos también en Rotorua, la zona geotermal más grande del país. Muy interesante ver como en el centro del pueblo hay un parque inmenso lleno de pozos donde sale agua hirviendo, barro burbujeante… un pelín peligroso lo hemos visto. Aquí hemos visitado el geiser más grande del país, el Te Whakarewatanga ( los nombres en este país son para volverse loco), que erupciona unas veinte veces al día treinta metros de altura, y muchos lugares de pasado maorí que abunda en esta parte del país.

Aquí es donde el géiser explota, nos encantaron los colores de la roca y el magma

La ciudad está llena de parques donde hay muchos pozos como este, alucinante el olor a huevo podrido
Después hemos pasado por Taupo, las preciosas Hukka Falls con un color de agua muy especial, camino del Tongariro National Park. Este parque es muy conocido por los trekkings que se hacen y por los tres volcanes que se observan perfectamente en él, uno de ellos con bastante actividad. En muchas zonas de este país te recuerdan que son parte de la trilogía del Señor de los Anillos, nosotros no somos muy fans ( ni las hemos visto ), pero hay que reconocer que el país está lleno de paisajes imponentes, y eso que todavía no hemos llegado a la isla Sur que dicen que es la más impresionante. Cuando podemos intentamos hacer alguna excursión adaptable a Laia, poco a poco va superándose, aquí ya aguantó más de dos horas por un terreno durillo… eso sí con diferentes chantajes que vamos inventándonos.
Así de bien acabamos los días, mirando atardeceres, aquí en Taupo hasta me bañé en el lago

El color azulado de estas aguas nos hubiera hecho estar horas allí
Uno de los tres volcanes del P.N., además uno de ellos es muy activo...
Al principio del viaje teníamos un poco de respeto por ver como se adaptaría la peque y nosotros a esta aventura. Cada día que pasa nos damos cuenta que está siendo facilísmo y que Laia está aprendiendo un montón de cosas, a parte de que le estamos enseñando a leer y escribir lo que le tocaría en el cole, y con profesora gratuita. Es muy gracioso verla en las aduanas o “iropuertos y sapaportes” como los llama ella, tiene un control de la situación jejeje. Cada día tenemos una nueva, ayer estábamos en un parque infantil y al momento la vemos intentando hablar en inglés con un par de niños, jajaja, “What’s your name??”, no paraba de repetir, pero claro los otros no le entendían ni papa. Pero te das cuenta que al rato acaba jugando con ellos, o dejándose juguetes, pinturas… en resumen, se lo está pasando muy, muy bien y nosotros también de verla disfrutar.

Esta encantada con su nueva casa, y cada día pregunta en que sitio chulo vamos a dormir
Ahora pasamos a la Isla Sur, dicen que la más impresionante paisajístamente, y esperamos seguir contando nuestras peripecias con nuestra casita rodada. Viajar por Nueva Zelanda está siendo un placer para nuestros ojos. Y como dice Anna, no sabemos si se puede estar mejor, pero si sabemos que estamos lo suficientemente bien como para no querer estarlo más.

Aquí os dejamos una avanzadilla de lo que estamos viendo en la Isla Sur

15 de diciembre de 2012

SYDNEY

Cambio de continente, ya estamos en Oceanía, después de un vuelo larguísimo de Santiago de Chile a Sydney. Trece horas hasta Auckland y después tres más hasta Sydney, fué bastante ameno; al cogerlo de noche Laia durmió casi 10 horas del tirón, bien tumbadita, lo que provocó que me hiciera amigo de toda la tripulación ya que estuve deambulando por el avión media noche. Además teníamos pantalla interactiva individualizada con películas, música, juegos,...

Aquí en Sydney hemos estado alojados en una casa del barrio de Cromer, una zona residencial a las afueras de la ciudad, genial es poco. Tranquilos, con piscina, en medio de la naturaleza; todo gracias al homeExchange, página recomendable que ya hemos comentado en algún post anterior.

Vistas de la piscina de la casa donde estábamos
Aquí si que hemos notado el jet lag, especialmente la peke, el primer día se despertó a las cuatro de la mañana con unas ganas de juerga tremendas y cada día iba alargando una horita...jajaja así que por las noches caía redonda. No os podéis imaginar que en cuanto cenaba salía corriendo a toda pastilla a dormir, sin cuento ni nada, porque sabía que queríamos alargarle el ritmo de sueño, graciosísima. Bueno a Anna también le pasaba algo parecido alrededor de las 10 de la noche.

En Sydney hemos ido alternando días de visita a la ciudad con días de playa. Sydney nos ha gustado, ciudad moderna con puertas al mar, donde se ve un alto nivel de vida y con un ambiente diurno y nocturno muy activo.



El primer día que fuimos a Sydney lo hicimos en Ferry desde Manly, y a los cinco minutos de ir navegando miramos al lado del barco y vemos como nos acompañan un grupo de delfines...uuauhh!!!! De Sydney no destacaríamos nada especial de lo que hemos visitado ( The Rocks, Circular Quay, Hyde Park, Harbour Bridge, Ópera, Jardín Botánico,...), sinó el conjunto de todo, la forma de vida, el buen rollo que se respira, como veis nos hubiéramos quedado algunos días más, o quizás años??

La Laia de lo que más se acuerda es del día que pasó en el acuario, estuvo bien, además nos montamos en una barquita para dar de comer a los peces en el acuario de los tiburones, jeje, estuvo muy bien.


Otros días han sido para ir a las playas de la zona y los pueblos que rodean Sydney. Yo me he quedado enamorado de esta zona, debería haber nacido aquí. La gente joven, y también la más mayor, se mueve en bici, patín, con la tabla de surf en la mano, vaya una gozada para uno como yo. En Manly, genial el ambiente surfero el pueblo, ahora, de una playa de casi dos kilómetros solo delimitan pequeñas zonas para los bañistas, el resto es para surferos y demás actividades. El mar está fresquito y cuando te metes un poco a la zona de olas te das cuenta que no es el Mediterráneo, tiene una fuerza que no tiene nada que ver, normal que sólo dejen pequeñas zonas para bañar así los lifeguards tienen todo más controlado.



Tambiés son muy típicas en todas las playas unas piscinas saladas que se utilizan para que la gente pueda nadar tranquilamente, ya que en éstas aguas, a parte de los famosos tiburones, hay todo tipo de animales bastante venenosos por lo que explican por aquí.


A Anna también le han gustado otras vistas...ojito con los surferos, vaya cuerpazos y pinta de ligones que tienen. Gente, no traigáis aquí a vuestras parejas porque quedamos a la altura del...jijiji

Y eso es todo, hemos pasado unos días tranquilitos muy a gusto en Sydney, ya tocaba después del tute de ritmo de Sudamérica que llevábamos. El último día nos venía a buscar un transfer a las 8 de la mañana para ir al aeropuerto, nosotros acostumbrados a la puntualidad sudamericana...cuando a menos cinco estaba en la puerta, buuufff!!!! Ni os podeis imaginar a Anna haciendo bocadillos, yo recogiendo maletas y la peke fuera intentando entretenerlos.

Nos vamos a Nueva Zelanda un mesecito, la mayoría será en campervan, con poca conexión a internet..., muchos nos decís que actualizemos más el blog pero es que no es lo mismo ir una parejita solos que ir con una niña pequeña, caemos redondos por la noche.

5 de diciembre de 2012

SAN PEDRO DE ATACAMA

Seguimos con nuestras aventuras, y en esta semana por el norte de Chile hemos tenido unas cuantas. De entrada teníamos un vuelo hacia Calama a las 10 de la mañana, total que llegamos al aeropuerto de Santiago y todo ok. Nos ponemos a hacer cola para facturar los equipajes y...como setenta u ochenta hombres haciendo cola, todos mineros, y Anna con leggins y siendo la única mujer, jajaja. Por buena o mala suerte, reprograman el avión para la madrugada, bufff!!! Cambio de planes, porque no podíamos llegar a San Pedro tan tarde, no sabíamos sí habría traslados ni si nos aceptarían en el hostel; así que pudimos comprar un vuelo rápido con otra compañía a mediodía, menos mal!!!

Una vez en San Pedro de Atacama, pueblo pequeñito, con casas de adobe, con turistas hippies, pero encantador. Nos ha dado un buen rollo tremendo, lleno de gente positiva. En los siguientes días entendimos porqué, disfrutan de lo que tienen a su alrededor y lo comparten con todo el que quiere.

Tipicas construcciones y todo el pueblo con caminos de tierra
Nuestra idea inicial era ir a Bolivia, a visitar el Salar de Uyuni; por suerte conocimos a Mijai, una chica que es madre de dos niños y que lleva una agencia de San Pedro de Atacama. Nos explicó lo complicado y arriesgado que era hacer ese tour con una niña de cuatro años, durmiendo a más de 4500 metros y en sitios muy básicos. Primero nos desilusionamos, pero nos duró cinco minutos; ya tenemos excusa para volver aquí, pero esta vez des de Bolivia que es más fácil, y así hemos podido pasar unos días increíbles en toda esta zona del desierto de Atacama.

Uno de los días lo dedicamos a ir al desierto de Atacama, concretamente al Valle de la Luna y a ver el atardecer en el Valle de la Muerte, era para quedarse horas y horas, que paz y tranquilidad allí en medio de la nada.

Anna observando el Valle de la Luna

Laia siempre encuentra momentos para hacernos recordar que todavía es pequeña

En un atardecer genial en el desierto de Atacama
También lo pasamos muy bien el día que fuimos a la zona de las lagunas; primero fuimos a la Laguna Céjar, una laguna salada donde flotas sin quererlo, es imposible hundirse, además te aconsejan que no metas la cabeza en el agua porque los ojos sufrirían bárbaro por los minerales. Nos bañamos los tres, todo y que a Anna el frío y las profundidades se lo hicieron pensar. De allí nos fuimos a los Ojos del Salar, lagunas dulces frías de verdad, donde el valiente fui yo, Laia lo intentó pero salió llorando del frío, jejeje

Aquí nos teneis en la Laguna Céjar flotando sin problemas

La sorpresa final fue la Laguna Tebinquiche donde no te puedes bañar de lo salada que está y además te has de acercar con zapatillas porque los cristales de sal te pueden cortar. Ahora, los colores de esta laguna y del entorno mientras se ponía el sol dudo que los podamos olvidar fácilmente. No es que estuviéramos bien, es que aquel sitio era para quedarse allí, la laguna, el desierto, los volcanes de fondo y un silencio...


Según atardecía los colores se iban haciendo más intensos
De verdad que es un sitio que hay que visitar, hemos visto cascadas, glaciares, ríos,... pero este sitio es totalmente diferente a lo que habíamos visto hasta ahora, y no hablamos solo de este viaje.

Para no cambiar nuestras rutinas viajeras, otro día decidimos alquilar unas bicis, una tabla de surf y nos fuimos a hacer sandboard a unas dunas gigantes del desierto. Llegar allí entre cañones y dunas no tiene precio, eso sí, aquí estamos en el lugar más seco del mundo, no pasa del 10% de humedad, no sudas pero tienes que beber litros y litros de agua porque sino te deshidratas sin enterarte. Además, como dicen por aquí, ponerse harto bloqueador solar...vimos a cada extranjero rojo, rojo que daba miedo mirarlo.

En las dunas lo pasamos genial, Laia tirándose con la tabla como si fuera un trineo...bueno, la tiramos a una velocidad tal que pegó un revolcón, jajaja El problema es que estás a 2500 metros no un calor de locos; total que puedes subir cuatro o cinco veces como mucho, ahora es una gozada estar en lo alto de la duna con esas vistas y tirarse hacia abajo surfeando.

Un clásico de la familia, las excursiones en bici


Viendo la pendiente imaginaros lo que costaba subir hasta arriba
Ya veis, no hemos ido a Uyuni, pero casi mejor, así como dice Anna volveremos en unos años para volver a Macchu Pichu y visitar el Salar de Uyuni. Aquí os dejamos un video de lo bien que lo hemos pasado por aquí.




1 de diciembre de 2012

SANTIAGO DE CHILE

Siguiente parada, Santiago de Chile. Aquí hemos estado en casa de Christy, Javier y Amelie, una familia que nos ha acogido genial y que nos ha ayudado a estar más cómodos estos días en Santiago.

Ya necesitábamos un poco de buen tiempo ya que veníamos tiesos de frio del sur de Chile. Estos días los hemos dedicado a visitar la zona centro de Santiago, con sus conocidos cerros desde donde se puede ver lo grande que es esta ciudad. Nos estamos convirtiendo en unos expertos moviéndonos en transportes públicos, colectivos, metros, buses,... la verdad es que nos están pareciendo ciudades muy costosas en tiempo y dinero para desplazarnos.

La catedral de Santiago, en plena plaza de Armas

En Santiago hemos visitado la plaza de armas, la catedral, diferentes iglesias (está lleno!!!, se nota que es un país muy conservador, hace seis años que aprobaron la ley del divorcio), el Museo de Bellas Artes, eso si a nuestra manera, es decir de puertas a fuera, vaya lo típico de la ciudad.
Desde qué hemos comenzado el viaje hemos llevado un ritmo alegrillo, ya comenzábamos a necesitar algún día de relax...y aquí nos lo hemos dado, nos hemos ido al Cerro de San Cristóbal y hemos pasado un día genial en unas piscinas casi para nosotros solos, ya que era día laborable aquí.

Otro día lo hemos dedicado a visitar Valparaíso y Viña del Mar. La primera es una ciudad Patrimonio de la Humanidad, llena de cerros y de ascensores-funiculares de más de cien años, curiosa de ver. Mientras que la segunda es una ciudad más moderna, de veraneo para la gente de aquí, donde lo mas destacable fue la comilona que nos pegamos en un chiringuito tipico de playa.
 
En toda esta zona del Pacífico, cualquiera se baña, a 10º C y lleno de lobos marinos

Ascensores que utiliza la gente desde hace más de 100 años para subir a los cerros de Valparaiso
De aquí nuestro siguiente objetivo es el norte de Chile, San Pedro de Atacama, cambiamos de paisaje, nos vamos a zona desértica a gran altitud, a ver como responden nuestros cuerpos.