1 de marzo de 2013

HONG KONG

Nos tocaba hacer una parada obligatoria en Hong Kong. Por una parte teníamos que tramitar nuestros visados para poder entrar a China y, por otra, habíamos prometido visitar Dysneyworld a nuestra pequeña. Aterrizamos y todavía por los pasillos interminables, una china se nos acerca sin decirnos nada con un termómetro estilo pistola y en un segundo comprueba que la peque no tenía fiebre.  Vía libre, sino nos hubiera tocado estar en cuarentena dentro del aeropuerto y es que fue aquí donde empezó la gripe aviar y ya no pasan ni una, les tocaron mucho el ego...
Cuando coges el tren que te lleva del aeropuerto al centro de Hong Kong te das cuenta que estás en un lugar moderno y que funciona perfectamente, y donde el nivel de negocios es espectacular.

Nuestra estancia en Hong Kong ha sido genial, hemos tenido una anfitriona increíble, prácticamente autóctona, Cristina, una amiga de Caldetes de Anna que lleva viviendo más de diez años entre China y Hong Kong. Nos ha acogido en su piso junto a sus dos hijos, Jimena y Bosco, y nos ha enseñado la ciudad y las peculiaridades de esta cultura. Hemos tenido muchas charlas interesantes sobre la forma de vivir tan peculiar que tienen y sobre lo que  nos vamos a encontrar en China.

Siempre contraste entre lo moderno y lo tradicional
Nuestra primera visita fue directamente al consulado de China para hacer los visados que necesitábamos para entrar en Shangai. Nos dicen que tardarán mínimo cuatro días, lo cual nos resulta imposible, ya que en tres días llegaban los padres de Anna a Tokyo...y cómo los íbamos a dejar solos sin saber inglés y en un país de locos, donde es complicadísimo acertar el tren o la línea de metro en que te tienes que mover. 
Nos envían a una agencia piratilla y pagando una buena pasta nos dicen que al día siguiente lo tendremos. Primer detalle, de los muchos que tendríamos más adelante, de lo corrupto y autócrata que es el gobierno chino, con dinero se arregla todo.

Dedicamos el resto del día a visitar la ciudad de Hong Kong, las famosas escaleras mecánicas más largas del mundo, Pottinger Street, centros comerciales enormes y futuristas,... y acabamos en el chiqui parc de casa de Cristina, ya que Laia tenía mono de jugar con niños de su edad.


Han sido unos días tranquilos, donde Laia ha podido estar jugando con niños, hablando en su idioma con ellos, visitando la ciudad de día y también la bahía de noche y su impresionante skyline nocturno. El único susto... después de cuatro meses de viaje tuvimos que usar el seguro médico que nos habíamos sacado; la peke tuvo una caída en un parque infantil y pensábamos que se había roto el codo (vaya marrón, a dos días de quedar con los yayos en Tokyo...). Por suerte no fue nada y nos sirvió para comprobar el excelente servicio sanitario y de atención que tiene este país, estamos a años luz en muchísimos aspectos.
Travesía entre Hong kong city y Kowloon

El último día lo hemos aprovechado para visitar Dysneyland, éste era un regalito que se merecía la peke en del viaje por lo bien que se estaba portando. Pero la verdad es que nosotros también nos lo hemos pasado en grande, hemos aguantado hasta que han cerrado el parque, jejeje... No es de los Dysney más grandes que hay, pero para niños pequeños hay infinidad de atracciones, aunque la que nos volvió locos a los tres fue una montaña rusa a oscuras...incansables las dos mujeres de la familia.




Así finalizamos nuestra estancia en Hong Kong, mañana volamos a Tokyo donde nos encontraremos con los padres de Anna, que nos acompañarán lo que falta de viaje.

27 de febrero de 2013

INDONESIA

Nuestra última parada en el sureste asiático ha sido Indonesia, concretamente la isla de Bali y alrededores. Este era un destino que sabíamos desde un principio que queríamos incluir en nuestro viaje, siempre habíamos oído muchas opiniones de esta isla y queríamos vivirlas en persona.

De entrada, nada más bajar del avión y salir a la terminal ya ves lo que te vas a encontrar. Cientos de autóctonos con camisas azules que dicen ser taxistas se te abalanzan, te quieren llevar el equipaje, te preguntan, no te dejan ni respirar...menos mal que sabíamos que para coger un taxi oficial nos teníamos que dirigir a la quinta taquilla saliendo de la terminal. Lo peor que me llevo de Bali es esa sensación de ser un dólar andante y que por lo tanto te intentan engañar a todas horas, eso si, con una sonrisa en la cara. También nos hemos encontrado con gente autóctona majísima; siempre intentamos hacer excursiones sin agencias, cogiendo a algún taxista que nos de buen feeling y la verdad que siempre hemos tenido mucha suerte.
Los primeros días estuvimos en Kuta, el sitio más turístico de la isla, lleno de hoteles, bares, restaurantes, pubs,...y todo lo que os podáis imaginar. Para gente joven con 20 años y ganas de juerga seguro que es un sitio genial, pero para nosotros no lo fue tanto, ya que además la playa de Kuta tiene unas olas considerables (alquilamos una tabla de surf y después de un buen revolcón Laia nos dijo que ya tenía suficiente con esa playa, jiji).
Decidimos irnos al lado este de la isla, donde hay un arrecife artificial que hace que no haya oleaje en las playas y que está lleno de familias con niños. Tenían razón los que nos dijeron eso, el problema es que nos estábamos dando cuenta que Bali no es un destino playero; las playas no llegan al nivel que habíamos visto en Tailandia. Pero estuvimos muy bien, en Bali por 30 euros puedes dormir en pequeñas villas con piscina que están genial; Laia conoció a unos niños indonesios en una de ellas  y estuvo genial.

En Bali hemos aprovechado para hacer excursiones al interior de la isla, teníamos mono de turismo paisajistico; un día fuimos a la zona sur de la isla, acabamos el día en Tanah Lot, un templo que está en lo alto de un acantilado muy bonito por todo el entorno. Además está lleno de monos... Laia se piensa que los monos viven en los templos, no en los bosques, porque en este viaje hemos visto muchos templos con estos animales. Al acabar la visita nos quedamos a ver una danza típica balinesa, muy bonita y diferente a todo lo que hemos visto hasta ahora. Pero cuando llevábamos media hora escuchando a treinta balineses cantando "chaca-chaca", buufffff, hay que vivirlo para opinar, jijiji
Templo Ulun Watu, el entorno es espectacular
Danza tipica balinesa en un atardecer en la isla
La ciudad más auténtica de la isla es Ubud; aquí hemos tenido dos días grises, es época de lluvias y lo hemos notado. Eso no nos ha impedido visitar el pueblo y los alrededores. El pueblo está llenos de artistas, escultores, pintores; también de tiendas de ropa muy, muy chulas y no precisamente baratas y de pequeños templos que aquí en Bali aparecen por cualquier lado.
Tanah Lot, la tarde que estuvimos impresionaba la fuerza de las olas, totalmente inaccesible
Ulun Danu, seguramente el que mas no ha gustado de la isla

Quizás los paisajes más conocidos de Bali son sus inmensos arrozales; nos han gustado, además al estar en época de lluvias los hemos visto de un verde espléndido. El día que visitamos la zona de los arrozales de Jatiluwih ha sido el mejor día que hemos pasado en la isla, quizás porque el chico que nos llevó, nos supo enseñar zonas del interior de la isla muy auténticas, donde ves la realidad de la vida diaria de esta gente y no a los cazaturistas que te agobian por toda la isla.

Para acabar nuestros días por esta zona de Indonesia teníamos ganas de un poco de playa y relax, ya que lo que nos queda de viaje va a ser un poco más movido y con más fresco. Dudamos entre ir a Nusa Lembongan o ir a las islas Gili, cerca de Lombok; al final decidimos las primeras porque estaban más cerca de Bali y menos mal!! El día que teníamos que volver había un mar de impresión, la speed boat daba unos saltos que parecía que estuviéramos en una montaña rusa, la Laia se lo pasó genial, mucho mejor que Anna. Al llegar a la costa de Bali nos dijeron que estaban suspendidos todos los barcos a Gili y que habíamos tenido suerte de salir de Lembongan....uufffffff

Nusa Lembongan es una pequeña isla en la cual no hay coches, toda la gente se mueve en moto o en unas pequeñas camionetas para transportar comida, equipajes o lo que haga falta. Pese a estar en temporada baja hemos tenido muy buen tiempo y hemos estado prácticamente solos en cuanto a turistas. Nos hemos alojado en un bungalow balines donde nos han tratado como reyes y donde Laia ha sido la atracción de los chicos que trabajaban en él, así los papas también hemos tenido nuestros ratos de relax.
Vista de Nusa Lembongan desde lo alto de la isla
Laia se lo ha pasado pipa moviendose con toda la familia en moto
La isla está bien, no vimos playas de ensueño pero si una costa mucho mejor que la de Bali. Quizás el mayor problema es que los habitantes de la isla se dedican al cultivo de algas y eso hace que haya zonas donde el olor sea un poco desagradable. Alquilamos una moto y nos recorrimos esta isla y una más pequeña llamada Nusa Ceningan, conectadas entre sí por un rústico puente. Mucho más interesante está segunda isla, además se pueden ver grupos de delfines a pocos metros de la costa. Para los más atrevidos también hay una zona de acantilados, The Cliff and Blue Lagoon, desde donde te puedes lanzar a un entrante de mar muy bonito. Las dos mujeres de la casa me estuvieron chinchando y al final me tuve que lanzar des del punto más alto, jejeje genial!! Pero me lo pensé bastante...los años se van notando.

Vaya estilazo, sin comentarios
En fin, aquí terminamos nuestro recorrido por el sureste asiático, ya vamos viendo el final del camino y la verdad es que lo estamos pasando genial. Ahora rumbo a Hong Kong para después visitar Japón y China, con visita familiar incluida.

20 de febrero de 2013

MALASIA

Hacia días que no escribíamos por el blog, pero es que entre malas conexiones a internet y que caemos redondos de cansados por la noche...no sacamos tiempo. A veces cuando vemos esos súper blogs de viajes nos preguntamos como hacen para actualizarlo cada día y con tanta información, pero el tener una pequeña de cuatro años infatigable de sol a sol nos da la respuesta. 

Malasia la comenzamos por la isla de Langkawi, desde donde conectamos con Koh Lipe, creo que añoraremos mucho tiempo ese lugar, snif, snif...

Langkawi ha sido una isla de paso para nosotros, hablaban de ella muy bien pero no nos ha acabado de convencer, seguramente porque veníamos de donde veníamos pero también porque hemos visto muchísima población musulmana. Y no es un problema en sí, porque de entrada cada uno es creyente de lo que quiera, pero detalles como ver a mujeres bañándose con el burka en la playa no nos ha gustado mucho, especialmente a Anna. Y es que con el calor que hace no podemos entender com van vestidas asi, bueno, sobre religiones y creencias...


Malasia es el país más musulmán en el que hemos estado, y pese a que hemos estado muy seguros y sin ningún problema, hay que reconocer que las mujeres aquí están muchos peldanos por debajo de los hombres. A parte que hay zonas de este país en que mujeres extranjeras no se sí se deben sentir muy a gusto, no decimos inseguras, pero demasiado observadas seguro. En fin, el choque cultural ha sido fuerte en este pais.


Hemos cruzado el país de norte a sur, pasando por Kuala Lumpur. La capital del país tiene grandes parecidos con otras ciudades del sus este aisático, con los típicos barrios étnicos, con la eficiencia y comodidad de sus transportes...pero a nosotros nos ha gustado menos que Bangkok y Singapur. Aquí en KL, como la llaman aquí, se ven muchísimas más mezquitas y más suciedad por la calle (aunque este es un aspecto muy común en todo Asia).



También ha habido sitios que nos han sorprendido en KL, como por ejemplo su impresionante barrio chino, especialmente recomendable pasear por la calle....., además tuvimos la suerte de coincidir con las celebraciones del Año Nuevo Chino, muy espectacular y lleno de gente a reventar.


Capítulo aparté merecen las Torres Petronas, el símbolo de la ciudad, realmente sólo por esta obra arquitectónica merece la pena parar un par de días en la ciudad. Fuimos a media tarde par verlas con luz y de noche, y tuvimos la suerte de encontrar un espectacular parque infantil justo detras de elllas; estuvimos casi hasta las once de la noche con Laia jugando como una loca.


Otra visita destacada fueron las cuevas Batu, situadas un poco retiradas del centro de la ciudad. Es un complejo de cavernas donde hay un santuario hinduista con la estatua de la diosa Durga de mas de 40 metros. Un lugar curioso e interesante de ver para  nosotros y para Laia, especialmente por la cantidad de monos que hay.


El ultimo lugar que visitamos antes de dejar Malasia ha sido la ciudad de Malaca. Es una ciudad curiosa por su historia, ya que ha sido de dominio chino, portugues, holandes y britanico. Por lo que en su centro historico se pueden ver edificios con propiedades de todas estas culturas, no parece que te encuentres en Asia. Tambien destacables son la cantidad de tuk tuk que hay, con altavoces y una musica insoportable que le da un aire surrealista a la historia de la ciudad.

La verdad es que Malasia es el lugar que hemos visitado que menos recomendariamos, de lo que conocemos del sureste de Asia creemos que hay lugares mas interesantes de visitar. Pero sobre gustos...es una simple opinion extraida de lo que hemos visto y sentido.

10 de febrero de 2013

KOH LIPE, NUESTRO PARAISO

Cerramos por vacaciones en Koh Lipe. 

Si tenéis oportunidad de acercaros algún día a esta isla del mar de Andamán, situada entre Malasia y Tailandia, no os arrepentiréis. Eso sí, hay que venir entre Noviembre y Abril porque los monzones arrasan en época de lluvias. Nosotros nos hubiéramos quedado muchos más días.

 Sol, arena blanca, coral, fauna submarina de todo tipo, ambiente tranquilo... 

2 de febrero de 2013

SIEM REAP Y TEMPLOS DE ANGKOR

Seguimos nuestro viaje desde Battambang hacia Siem Reap, para ver la que dicen que es la octava maravilla del mundo, los templos de Angkor. De nuevo cogemos un autobús camboyano, otro viaje entretenido que hace que las cuatro horas de duración se pasen en un momento. Siem Reap es diferente, sigue siendo Camboya pero todo más orientado al turista. En lo que llevamos de viaje es el sitio donde nos hemos cruzado con gente de más nacionalidades, especialmente japoneses, aquí vienen en manadas, jejeje


Los templos de Angkor son una serie de construcciones edificadas en medio de la selva hace cientos de años; unas se encuentran en buen estado, otras han sido restauradas y algunas están casi derruidas. Los templos principales están a pocos kilómetros del pueblo, pero si quieres irte a los más lejanos tienes que recorrer hasta más de cincuenta kilómetros. Para entrar al recinto hay pases de un día, de tres y hasta de una semana; habíamos escuchado opiniones de todo tipo, nosotros aconsejamos coger el pase de tres días para ver lo más importante con calma. Pensad que hace mucho calor y que el día puede ser sofocante. Nosotros no somos precisamente fanáticos de ruinas, pero hay que reconocer que Angkor merece una visita con calma, es impresionante.

Para moverte por Angkor hay muchas opciones, nosotros alquilamos un tuk tuk todo el día y nos llevaba donde le decíamos o nos aconsejaba; también puede estar bien la visita en bicicleta, pero el calor y la humedad te pueden dejar ko.
Hay zonas dentro de Angkor en las que te sientes diminuto
El primer día lo dedicamos a visitar Angkor Wat, el que dicen que es el edificio religioso más grande del mundo, Banteay Kdei y el que más nos gustó, el Prasat Ta Prom, un templo que está siendo engullido por la naturaleza. Los árboles están creciendo por en medio del templo, formando una simbiosis entre construcción-naturaleza espectacular. Aquí se han rodado películas como Indiana Jones, Lara Croft y alguna más que no recuerdo. Después de los calores de la visita a Angkor menos mal que teníamos nuestro hotel con piscina que nos vino muy bienpara refrescarnos. Y por la noche, paseos por el Night Market en el centro de Siem Reap, ...

Prasat Ta Prom, estuvimos horas entre sus paredes y vegetacion


Otro día que fuimos a Angkor visitamos toda la zona de Angkor Thom, una especie de ciudad fortificada donde puedes ver el Bayon (con sus enormes caras de piedra), agotarte subiendo hasta la cima del Baphuon, ver el inmenso Prasat Prey Khan. Os preguntaréis por la Laia, pues ha aguantado muy bien, entre que iba en tuk tuk, que le vuelve loca, y los descansos que le dábamos se lo ha pasado bastante bien. Además ha visto algún elefante, monos y nos hacia de guía por los laberínticos templos.
En Bayon, impresionantes la cantidad de caras de todos los tamanos


Asi termina el dia para Laia tras una dura visita a Angkor
Una de las visitas más típicas dentro de Angkor es ver el atardecer desde una colina donde se encuentra el templo Phnom Bakeng. Ya íbamos con la lección aprendida, fuimos un par de horas antes para ver las vistas con calma, porque a partir de las cinco de la tarde ni os imagináis la cantidad de japoneses que suben hasta allí, cada uno de ellos cargado con cámaras de fotos a cual más moderna. En la zona del templo sólo dejan entrar a unas doscientas personas y según bajábamos yo creo que nos cruzamos mínimo con mil, de locos!!! Ya me  los imagino peleándose por hacer la foto, y es que el chino y el japonés es bastante mal educado en según que aspectos. Ya hemos recibido algún que otro empujón por estar situados donde querían ellos. Por no hablar de hacer cola en un lavabo, deben de crecer con el lema de "tonto el último" porque hasta las niñas pequeñas se cuelan y se quedan tan frescas.

En esta zona de Siem Reap otro día lo dedicamos a ir al lago Tonlé Sap, donde se pueden encontrar aldeas flotantes que se dedican a pescar y a sobrevivir como pueden. Aquí de nuevo vimos  la crudeza de la Camboya rural. Podíamos haber cogido una excursión típica para turistas más barata, pero decidimos decirle al conductor de tuk tuk de los días anteriores que nos llevara, así podríamos parar donde nos gustara. Ya en el recorrido hacia el lago vimos las típicas casas de esta zona, construidas sobre troncos de madera, aquí en época de lluvias nos dijeron que el nivel del agua sube hasta tres metros. Y vimos que toda esta gente, incluidos niños de corta edad, se dedican a todo lo relacionado con la pesca, unos arreglan redes, otros limpian pescado, arreglan barcazas,...

 Más tarde nos subimos a una barca de pescadores que nos enseñó como vive la gente de la aldea flotante. Muy duro ver las condiciones en las que pasan el día a día, es imposible no pensar en las enfermedades que pasarán aquí, porque con las condiciones higiénicas y de calidad de agua que vimos... Vimos muchas cosas que te rompen esquemas, desde una abuela muy mayor con el agua hasta el cuello arrastrando una barca, niños ejerciendo la mendicidad obligados por los padres para sacar algún dólar al día, una escuela de niños huérfanos donde Laia pudo ver que con una pizarra y cuatro lápices pasan los días; en fin que fue otro día muy intenso, de esos que llegas al hotel y das gracias de nacer donde has nacido.

Nos dejo bastante impresionados ver a esta yaya arrastrando...


Como en tantos lugares del planeta aquí hay mucho trabajo a hacer; sí que es cierto que en esta zona proliferan muchas ONG, pero también hay corrupción en ellas, seguro. A nosotros este país nos ha despertado una vocación que sabíamos que teníamos, a partir de ahora intentaremos ejercerla. Y como dice Anna, dentro de unos años cuando nuestras obligaciones familiares se reduzcan es posible que pasemos alguna temporada echando una mano a esta gente. Camboya y su gente nos ha cautivado.

Ahora cambio de aires, nuestro viaje sigue dirección Malasia y a encontrar alguna zona de playas para tomarnos días de relax que también nos tocan..